Esta es una típica pregunta que se hacen muchos. Si la Biblia fue escrita hace tanto tiempo, ¿Podemos estar seguros de que no se ha modificado parte de su contenido?
Los más ortodoxos os dirán que sí, que Dios ha obrado milagrosamente para que las Sagradas Escrituras permaneciesen fieles durante todo estos siglos y llegaran intactas a nuestras manos.
Seguramente los mismos que piensan que la Biblia bajó del cielo, “envuelta en papel de celofán”.
Lo cierto es que la Biblia contiene versículos añadidos posteriormente, que no aparecían en los textos originales.
Desafortunadamente hoy en día no tenemos los textos bíblicos originales, y como cuando fueron escritos no existía internet ni la imprenta, sólo tenemos copias de copias de copias… echas a mano por copistas, humanos, que cometieron errores al copiar el texto, omisiones o añadieron texto de su propia cosecha.
Aunque no os alarmeis, ya que gracias a la crítica textual, hoy en día se sabe qué textos han sido añadidos posteriormente y no aparecían en los originales, y no cambia lo más importante.